Los videojuegos fomentan la conducta obsesiva, restan tiempo a los deberes escolares y actividades como el deporte y la música, propician el aislamiento social y hasta comportamientos impulsivos y agresivos. Esta ha sido la doctrina imperante hasta hoy. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Rochester han revelado en un informe que practicar con videojuegos de acción tienen un efecto positivo, al incrementar la atención visual, la curiosidad y la comprensión del entorno, un efecto bastante beneficioso, por ejemplo, para el mundo de los negocios.
El informe publicado en la revista Nature y del que The New York Times se hizo ayer eco, insiste en las consecuencias cognoscitivas de los videojuegos para los niños.
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